Capítulo 6
No; mucho me temo que poco de cuanto hay en tu pasado pueda acudir en tu ayuda para luchar contra el futuro. ¿Ni siquiera la gaviota?, dijo Hugh... ¿La gaviota —puro devorador empírico de carroña, cazador de estrellas comestibles— que rescaté aquel día siendo niño, cuando atrapada en una cerca del acantilado se debatía hasta morir, cegada por la nieve, y que, aunque me atacó, logré con una mano arrastrarla de una pata hasta sacarla indemne, y por un instante esplendoroso, la blandí frente a los rayos del sol antes de que se remontara a las alturas con angélicas alas por encima del congelado estuario? 

Malcolm Lowry


¿No significa nada el que esté dispuesto a sentarme encima de un cargamento de dinamita con destino a los acosados ejércitos republicanos? ¿No significa nada que, después de todo, esté dispuesto a sacrificar mi vida por la humanidad, aunque no sea en pequeños detalles? ¿Nada para vosotros que pasáis?... 

Malcolm Lowry


¿Qué he hecho de mi vida? Relaciones con hombres famosos... Por ejemplo, aquella ocasión en que Einstein me preguntó la hora. Esa noche de verano, mientras erraba rumbo a la tumultuosa cocina de St. John's College —¿quién había de ser el que detrás de mí salió del departamento del profesor que vivía en el D4? ¿Y quién era también el que caminaba hacia el pabellón del portero?— ¿dónde, al cruzarse nuestras órbitas, me preguntó la hora? ¿Es Einstein que viene a obtener un grado honorífico? ¿Y quién sonríe cuando contesto que no sé?... y sin embargo, me preguntó. Sí; el gran judío que ha trastocado las nociones de tiempo y espacio de todo el mundo, asomó por encima de su hamaca colgada entre Aries y el Círculo del Pez Occidental, para preguntarme la hora a mí, exantisemita hecho líos y harapiento estudiante de primer año acurrucado en su bata al comenzar a acercarse la estrella de la tarde. Y volvió a sonreír cuando le indiqué el reloj que ni él ni yo habíamos advertido...)

Malcolm Lowry


—Curiosa ave es el alacrán. Le da lo mismo el cura que el pobre peón... Realmente es una criatura hermosa. Déjalo. De cualquier manera morirá por su propio aguijonazo.

Malcolm Lowry